El viejo y el río

Durante nuestra estancia en Bonn, antes de que naciera Vicente, vivíamos a cuatro cuadras del Rin y ya que había varios clubes de remo en ambas orillas, me inscribí en un par y volví a remar —cosa que no hacía desde niño—, pero esta vez en serio, con banco móvil, en botes de fibra, de competición, unas naves espaciales, la clase de objetos que son lindos de ver, armoniosos y estilizados.

Seguir leyendo «El viejo y el río»
El viejo y el río