Varias veces me han preguntado por las cosas que extrañé, viviendo en Alemania. Y bueno, extrañé el bife de chorizo, las librerías y los quioscos de la calle Corrientes, los pirulos de Rudy, comerme un bondipan en la costanera sur, tomar un café con medialunas de manteca en el bar El Galeón de Palermo, los alfajores Havanna, los bares de la placita Serrano, las puteadas… Extrañé la ironía.